Este verano finalizaba la tercera campaña de control y trampeo de esta especie invasora.
Los trabajos, realizados por una empresa especializada y encargados por el Ayuntamiento de Colindres, se han prolongado durante cuatro meses. Para luchar contra la invasión de las velutinas, se han colocado trampas selectivas para la captura de esta especie en 80 localizaciones municipales. De manera previa, se ha realizado un estudio de la zona para optimizar los resultados. Durante este periodo, los trampeos se han revisado y repuesto en ocho ocasiones con una periodicidad quincenal.
El método utilizado ha consistido en la colocación de unos recipientes-trampa de plástico transparente, con dos orificios de entrada de 8 mm a 6 cm de un líquido atrayente para esta especie, que se cuelgan a 1,5 m. del suelo, con los que se han capturado y retirado un total de 1055 individuos de Vespa velutina nigrithorax.
Para la colocación de las trampas se han seguido los siguientes criterios: cercanía a nidos de temporadas pasadas, ubicaciones soleadas, preferentemente orientación sur o suroeste y resguardadas del viento; proximidad a plantas atrayentes como camelias, cítricos, hiedra y otros árboles o plantas en flor en la fecha (cerezos, ciruelos, etc.) o árboles con pulgón (sauce, etc.) con una relativa cercanía a cursos de agua.
La Vespa velutina es una de las especies de avispa de mayor tamaño y de las más agresivas. Sus nidos llegan a alcanzar hasta casi un metro de altura y 80 cm de ancho; suelen estar construidos en los árboles, a más de diez metros de altura y cada nido puede mantener a cientos de ejemplares adultos.
Como otras muchas de su género, se trata de una especie diurna que ataca a toda clase de insectos, pero se alimenta sobre todo de abejas, lo que las convierte en una especie invasora particularmente dañina (una sola avispa asiática puede matar entre 25 y 50 abejas al día), por lo que su control es absolutamente necesario, ya que el 70 % de los cultivos depende de la polinización de las abejas.
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