LA ALAMEDA DEL BARRIO NUEVO

La actual Alameda del Ayuntamiento fue elegida, de entre las tres con las que contaba Colindres de Abajo -Barrio Nuevo, Las Ferias y la Magdalena-, como el centro de reunión y ocio del municipio. El barrio que le da nombre aparece mencionado ya a principios del siglo XVII. Y como alameda la encontramos citada en 1842, cuando se solicita hacer mercado en ella todos los domingos.

Hacia 1890 se hizo patente la necesidad de recuperar las tres alamedas, que se hallaban en un lamentable estado de abandono. Se eligió la más poblada, la del Barrio Nuevo, para convertirla en el característico paseo arbolado de la época. Fue entonces cuando empezaron a llegar capitales indianos procedentes de ultramar, fortunas acumuladas por familias oriundas de Colindres, germen de una ascendente burguesía. Una nueva clase social que demandaba mayor calidad de vida que dotara a su entorno de espacios públicos para su ocio y recreo.

Entre sus residencias destacan el chalet “Villa Amelia”, proyectado por Alfredo de la Escalera y propiedad de D. Miguel Bengoechea López, promotor, en buena medida, del Barrio Nuevo como alcalde de la villa en aquella época; la “Casa de Dª Serafina”, de D. Martín Bengoechea Solar; la actual Casa de Cultura, construida por D. Felipe Bustillo Bengoechea, del arquitecto Gonzalo Bringas; y el desaparecido chalet “Villa Elena”, donde hoy se levanta la anteriormente Escuela Municipal de Música.

El acondicionamiento de la Alameda no fue tarea fácil: se inundaba a menudo a causa de su posición deprimida, por lo que se construyó junto al Ayuntamiento un pozo artesiano que paliara situaciones de encharcamiento.

Para acometer las obras, se talaron sus cuarenta y dos chopos, cubriendo con el importe de la madera los primeros gastos de urbanización y reforestación. Aquéllos se solían podar también para afrontar algunos pagos en situaciones críticas, como en el caso de un incendio que dejó sin casa a una familia y ésta solicita la tala de algunos de sus árboles para poder solucionar su problema temporalmente. Estas intervenciones quedaban justificadas ya que su frondosidad llegaba a juzgarse como un problema:

“Señor alcalde D. Miguel Mª Valle. Considerando que esta finca abunda tanto de árboles por su espesura y frondosidad, que aún en la época de verano se siente en ella frío constantemente; de forma que sobre dejar de ser por esta circunstancia ya punto de recreo, carece de higiene por el grave riesgo que existe al entrar en ella de otro punto, pudiendo cualquiera persona ser acometida de una pulmonía o por lo menos de un fuerte constipado”.

Fue el arquitecto provincial Alfredo de la Escalera y Amblard quien diseñó la Alameda, al modo de los ensanches urbanos de la época. El cierre perimetral fue ejecutado hacia 1905, mediante un pequeño muro de unos cincuenta centímetros de altura, aunque las verjas de hierro que debían completarlo nunca se instalaron. Esta intervención fue financiada por el indiano Heliodoro A. Fernández, donante también del reloj del Ayuntamiento y del Kiosco.

La denominación de Alameda se debe a las primeras plantaciones de árboles que se conocieron en este lugar, que eran “chopos” o álamos. Los actuales plátanos corresponderían a una plantación efectuada hacia 1892.

En 1914 aparece nombrada como “Alameda de Eduardo Durante”, en honor a un médico que ejerció varios años en Colindres. Es en esta época cuando la distribución de todos los edificios residenciales queda definida, además del edificio de las Escuelas Públicas y Ayuntamiento, inaugurado tres años antes.

En el año 1931 conoce un nuevo cambio de nombre, el de “Alameda de los Capitanes Galán y García Hernández”, quienes cayeron en el levantamiento de Jaca en defensa de la instauración de la República. Posteriormente, en 1937, fue rebautizada como “Alameda del Generalísimo”.

En su interior destacan elementos constructivos como el Kiosco o Templete de la Música y la Fuente de la Bellota (hoy fuera del recinto de la Alameda). También ha albergado dos boleras en distintas épocas, una al lado de la Fuente y otra junto al actual parque infantil. Asimismo, en este escenario aparece el Casino, lugar de reunión de la burguesía local  durante el primer tercio del siglo XX . Ocupaba la planta baja de uno de los edificios aledaños, donde posteriormente se ubicaron los consultorios médicos de D. Pablo Puente de la Maza.

La Alameda ha sido escenario de verbenas y romerías, como la de la Festividad de Santiago, de conciertos, ferias, reuniones, paseantes, lectores…

Desde comienzos de la década de 1990 su nombre es “Alameda del Ayuntamiento” y su función de espacio público de recreo y ocio sigue vigente.

Pie de foto: “La Alameda a comienzos de la década de 1960. Archivo Carmen Urriola”.

Textos: Yolanda Arce y Ángel Revuelta

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Publicado el

16 marzo, 2018

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